Tomalo. Abrazalo. Es un osito de peluche que atesora un enorme corazón.
Cuando somos pequeños gozamos de esa inocencia, de esa capacidad de ilusionarnos, disfrutar con todo y con nada, de imaginar, crear, creer, confiar y amar lo que nos rodea...poseemos la habilidad de sacarle lo mejor a una caja vacía o a una piedra!!!
Si conservamos esa alegría de la infancia en nuestro interior, con abrazar a un simple osito, aliviaremos los estragos de batallas perdidas y nos ilusionaremos con el nuevo amanecer.
Hice este corazón con la ayuda de esa traviesa risa infantil que aún resuena en mi interior.
Elvia Cor 29.01.2010.
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