Amenaza tormenta y cuando creías que iba a pasar de largo, llueve en el corazón...
Las nubes negras que flotaban en la cabeza se quiebran y rompen con todas sus fuerzas. Ni paraguas ni chubasqueros... Nada impedirá que llueva en tus ojos y que saladas gotas recorran la arquitectura de tu
cara, de tus sentimientos... arrastrando con ellas toda sensación de tristeza, de impotencia, que da el haber hecho las cosas lo mejor posible y que todo haya salido tan diferente a lo esperado...
Las cosas son como son, y suceden ante nuestro propio pasmo de no poder controlarlas, igual que si unicamente participáramos nosotros en los acontecimientos.
Seguro, si dejamos arrastrar los juicios y culpas propias y ajenas en ese diluvio, a veces seco, solo sentido en el alma; si permitimos que el temporal se arremoline, proteste con sus rayos, maldiga con sus centellas y pataleé con su vendaval, pasará de largo, no sin haber dejado huella húmeda de su paso.
Tenemos derecho al pataleo, pero una vez descargada la depresión atmosférica, observemos atentamente ese rastro dejado. Sin duda será un valioso conocimiento que de otro modo no hubiéramos aprendido por no haberlo vivenciado. Aunque ahora no resulte fácil ni agradable verlo, con la mirada aún empañada, que valioso nos va a resultar lo que nos reveló el sonido huracanado del viento!!!.
A veces, creo que las cosas suceden lo suficientemente alto, lo suficientemente fuerte para que sean atendidas y escuchadas. Si un chubasco no es percibido por tus oídos... Espera que la tormenta está
por descargar... Suerte, que tras ella, siempre llega la paz...
Hoy con cariño una amiga me envió su propio corazón, eso si es dar!!! Con él cobijado en el mío, resguardo el mío en el suyo, y con la alegría de contar con su querer, dibujo en el cristal de mi ventana un corazón, la lluvia hace el resto.
Amiga, gracias por encender la inspiración que lo hizo posible.
Creado por Elvia Cor 3.03.2010.
Me alcanzó
ResponderEliminarTu corazón está abierto !!! por eso te alcanzó, que suerte !!!
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