Danzando al son de la melodía de la emoción, del sentimiento, dibujo dos cabos marineros.
Son gemelos.
Uno se abraza al otro, el otro se aprieta al uno, y si alguien tira de ellos, logra una unión más firme.
Son dos cabos fuertes, poderosos, de idéntica construcción y belleza.
Son dos cabos que, en la armonía, en el equilibrio de su unión, forman un corazón.
Ha sido involuntario, el corazón surgió solo, autónomo, sin premeditarlo ni prevéerlo, igual que sucede con el amor... ni se busca ni se encuentra.
Son dos cabos fuertes, poderosos, de idéntica construcción y belleza.
Son dos cabos que, en la armonía, en el equilibrio de su unión, forman un corazón.
Ha sido involuntario, el corazón surgió solo, autónomo, sin premeditarlo ni prevéerlo, igual que sucede con el amor... ni se busca ni se encuentra.
El amor en su magia...
Cuando se da, se da.
No hay más.
Solo en el amor nace la mar-avillosa energía que crea la belleza.
Solo desde el amor, la existencia cobra pleno sentido.
Solo con amor, se puede alcanzar el amor.
Elvia Cor.
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