El corazón abrió su mirar y sin saber cómo, la realidad en la que había vivido en el pasado, se desvaneció igual que una pompa de jabón...
Por primera vez vio, que su universo estaba formado por otros mundos que habitaban en su interior, y a través de la luz que su ojo abierto captaba, traspasó con su rayo todos esos mundos que estaban hechos del mismo material que la luz.
Una energía impresionante construía cada uno de ellos, y según la potencia y el nivel de vibración con la que eran creados, se presentaban sus colores, sus formas, sus densidades...
La energía dejaba en su estela, como huella, el rojo y la materia más densa. La energía se solidificaba en la vibración más lenta, igual que el agua se convierte en hielo a baja temperatura.
El ojo despierto, siguía atento los cauces en espiral, por los que la energía discurre y que va grabando en la naturaleza, igual que unos pies desnudos olvidan su caminar sobre la arena húmeda, pero la energía lo esculpe en las caracolas, en las telas de araña, en los remolinos, en las rosas, en los huracanes, en el humo de un cigarro, en las piñas, en la crema del café, en los rizos de una criatura ...
Antes, ese rastro inequívoco, lo había tenido todo el tiempo a su alcance y jamás lo habia visto.
Sin perder concentración, observaba como su vibración se elevaba dejando como rastro desde el color naranja, pasando por el amarillo, verde, azul, índigo, violeta, ultravioleta ( color que aunque está y una abeja puede ver, tú no ) hasta alcanzar el color puro de en lo que la materia se había transformado, el de la luz.
Ese corazón ahora, desde su mirar, se veía como un ser luminoso!!!
Así el ojo contempló tantos mundos como realidades y vibraciones hubieran. Algunos atados a la energía básica y lenta, y otros desconocidos, que necesitaban de más dimensiones de las que hasta hora hubiera imaginado, para expandirse...
Llegar a los confines del universo, traspasarlos, y conocer otros, requería de otras dimensiones que ocupar impensadas, pero no porque no hubiesen estado siempre allí, sino porque aquel ojo, recuerda, lo habían mantenido adormilado, cerrado, y solo sabia lo que le habían inculcado, no lo que estaba frente a él.
Al abrirse, todo se mostraba como era, una realidad enorme, difícil de digerir por un cerebro condicionado, al cual le era imposible ver el verdadero lugar en el que se hallaba, imposible ocuparlo, disfrutarlo...
La realidad a la que le habían atado, ahora se veía minúscula, pequeña, pesada, anclada en la densidad difícil de mover, de transformar.
La que ahora contemplaba, hermosa, no poseia ni tiempo ni fin, así la tridimensionalidad se le hacía irrisoria, insuficiente.
Ahora era un ser que se expandía por el universo, y eso le hacía trascender las dimensiones clásicas, superarlas.
Ser todo en la nada, existir en cada uno de los momentos que suceden a la vez...Comunicarse al instante, sin mediar palabra con cada ser que hubiera conocido, que le quedara por conocer...que en ese nuevo universo eran como él, de luz. Esa energía, la más elevada, vibrante, luminosa, disuelve cualquier desencuentro, distancia, herida o dolor.
Y ese corazón se fundía en un hermoso abrazo, con cada uno de los seres que hubiera amado, querido, soñado, añorado, con cada uno de los seres, temidos, olvidados, odiados.
Siendo cada uno de ellos en la energía del amor. Siendo él todos.Todos uno, todos todo, todos Dios.
El ojo parpadeó, y fijó de nuevo su atención al mundo en el que había crecido desde niño y lo que vio ahora, cambiaría su existencia para siempre...
Tal vez, lo que descubrió, nos lo quiera explicar mañana... O quizás... pasado... cuando eche de menos lo que puede sentirse y apreciarse en la densidad, en el mundo físico... Sobretodo ahora que se acerca el fin de semana !!!
Creado por Elvia Cor, el 25.03.2010.
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