Un corazón se protege armándose de espinas.Teme ser herido. Espinándose espera mantener alejado cualquier enemigo que le pudiera dañar...
Afila espectante las puntas con palabras amargantes, miradas de desprecio, ironías envenenadas, promesas ficticias, jugadas traicioneras, venganzas dolientes...
Juzga, olvidandose de mirar primero cómo actúa su propio corazón.
Sentencia sin piedad, condenando a los infiernos, lo que en él daría justificación.
Endurece su armadura espinosa, negandose el sentir, igual que si así anulara las heridas que a otros él profiere, igual que si de ese modo a ese corazón puntiagudo, no pudieran alcanzarlo jamás.
En su defensa, quiere la razón siempre para sí, no entiende cómo aún, pertrechado con sus espinas lacerantes... sigue sufriendo, sintiendo dolor...
No logra comprender que se está engañando a sí mismo...
Hasta que por fin, dirige la atención a su centro, y ve como sus propias espinas son las que se clavan en sus pensamientos, las que enturbian su mirada en la rabia de su veneno.
No lo puede creer, solo quería defenderse de ataques externos, no siente como propia la intención de dañarse o dañar ...
Y adivina que ha sido su mismo miedo quien ha arremetido contra él.
El corazón espinado decide valeroso, arrancarse ese miedo de su ser, deshacerse de sus armas para, en vez de vivir en el temor que encoge, separa, aprieta, tira, tensa, entristece empañando la mirada... Vivir en el amor !!!
Entonces, abre su pecho, lo llena aire puro, de confianza, de ilusión, de acercamiento, de música, de alegría... Y sus espinas, se enamoran en ese mismo instante de esa poderosa energía, y en vez de quebrarse, se transforman en plumas suaves que vibran acariciando el batir de ese corazón, transformado por la magia del amor.
Antes viste un corazon espinoso, ahora contemplalo nuevamente, y descubrirás que ya no son espinas lo que lo cubren, sino un cimbreante y mimoso plumaje de marabú !!!!
Sí, la energía del amor todo lo puede, solo hay que cambiar la manera de mirar... y magia !!!!
Me gustan mucho las plumas de marabú, son tan suaves que te acarician con sus cosquillas, y las sonrisas juegan con las risas para revolotear en los labios.
Mejor reír que rabiar... No crees?
Creado por Elvia Cor, el 29.03.2010.
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